"Il faut nous aider"
Hace ya bastante tiempo de la última entrada del blog, así que voy a aprovechar esta para contaros cómo va el trabajo por aquí.
Como os podéis imaginar, la llegada de usuarios al dispositivo está siendo progresiva, no han venido todos de vez (os recuerdo que tiene una capacidad para más de dos mil personas). Pero cada acogida es de mucha gente a la vez, así que el volumen de trabajo ha ido creciendo exponencialmente desde que empezamos.
La primera semana fue, en cierto modo, más relajada, ya que partíamos de cero y los abogados íbamos preparando el trabajo de oficina y tomando nota de las demandas de la gente.
Tengo que decir que estoy encantado con el legal team que formamos. Somos perfiles profesionales y personales muy variados y eso hace que nos complementemos mucho. Yo estoy en modo esponja total, porque mis compis me aportan mucho y estoy aprendiendo un montón ellos. Somos siete, que nos hemos ido incorporando también de forma progresiva.
Al principio todos nos ocupábamos de todo, pero ahora que el dispositivo está a mitad de capacidad, nos vamos repartiendo para distribuirnos la atención a los usuarios, aunque siempre trabajamos coordinados y nos apoyamos en todas las decisiones relevantes.
En las últimas semanas, al tener ya un volumen considerable de gente, el trabajo cada vez es más intenso y la jornada se nos va quedando corta. Creo que no exagero al decir que somos el servicio más demandado por los chicos, con el nivel de exigencia que ello conlleva.
Todos los que trabajamos aquí tenemos una fuerte vocación social y hacemos todo lo posible por ayudar a cada una de las personas que tenemos delante. Y sí que les estamos ayudando realmente; vamos haciendo progresos muy importantes con los perfiles más vulnerables, aunque no todo lo rápido que nos gustaría. Pero eso no basta. No les basta a ellos, y tampoco a nosotros. Se trata de una cuestión meramente de recursos. La denominación "dispositivo de acogida humanitaria de emergencia" no es casual. Ellos son demasiados y nosotros demasiado pocos.
Todos necesitan ser escuchados, y todos tienen una historia detrás que merece nuestra máxima atención y disponibilidad Pero se torna imposible.
Quizás haya dicho demasiados "peros". No es que me quiera justificar, ante mí, vosotros, o ellos. Es sólo mi forma de expresar la pequeña frustración de no poder ofrecer el máximo a cada uno. Aunque no quiero quedarme con esa sensación. Como os decía, poco a poco vamos logrando cosas, y ya sólo por eso merece la pena el esfuerzo. Y estoy seguro de que conseguiremos mucho más.
Quizás algunos de los chavales no aprecian el esfuerzo que hacemos. Algunos de ellos se quejan de que los abogados siempre les dicen "mañana, mañana". Y seguro que alguna vez no nos ha quedado otra que decirles algo así. Aunque yo prefiero pedirles "un peu de patience". Ellos insisten mucho en ser atendidos a todas horas, porque ven que su futuro más certero es una vuelta forzada a sus países, de los que han salido arriesgando su vida o cuya vuelta significaría el mismo peligro. Por eso, en los últimos días, todos hacemos un ejercicio de comprensión y empatía. Nosotros con ellos, y ellos con nosotros. Y no veáis lo que supone que estos chicos, que saben que es posible que cualquier día les metan en un avión de vuelta, al final de la conversación entiendan nuestra postura, confíen en nosotros y nos terminen dando las gracias.
El trabajo en el campamento nos está dejando muy buenas experiencias. Es cierto que ha habido peleas y altercados, lo que creo que es inevitable y en cierto modo natural. Me gustaría verme a mí en su situación. Pero también estamos viendo cómo algunos de los chicos que dieron más problemas al principio han cambiado su actitud y son más conciliadores. Cómo muchos de ellos hacen unos tambores con cubos de basura y tocan su música por las noches. Como alguno se dedica a hacer obras de arte a base de hojas de palmera. O chicos que, siendo que a veces la comida es escasa, comparten su desayuno con el que no ha podido tomarlo.
Hoy me sentía muy afortunado por poder estar aquí, por poder aportar a este proyecto y por poder llenar la mochila con experiencias que no se conseguirían en ningún otro sitio. Por la calidad humana de la gente con la que trabajo y a la que atiendo. No lo digo por decir...
Y todo eso se lo debo a Dios, por haberme dado esta oportunidad y haber puesto en mi camino a las personas que lo han hecho posible. Y por encima de todas ellas, a mi Ann. Por su apoyo incondicional y que estoy deseando devolverle durante toda nuestra vida.
Comentarios
Publicar un comentario